Recomendaciones para evitar los golpes de calor

Las medidas están dirigidas especialmente a grupos que presentan mayor riesgo como bebés, niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.

En este sentido, desde el Ministerio se recomienda consumir abundante agua durante todo el día, aún sin tener sed para evitar la deshidratación; comer liviano y elegir alimentos frescos como frutas y verduras. Asimismo, se aconseja no beber alcohol, permanecer en lugares frescos y realizar ejercicio físico al aire libre en horas tempranas y continuarlas, o finalizarlas, cuando el sol ha disminuido su intensidad.

En el caso de los lactantes ofrecerles el pecho con mayor frecuencia de lo habitual y no reemplazar el pecho materno por otros líquidos, trasladarlos a lugares frescos y ventilados y mojarles el cuerpo con agua fresca.

Se recomienda proteger la cabeza, usar anteojos de sol y alternar la estadía al aire libre con momentos a la sombra, aplicar sobre el cuerpo cremas con protector solar UVA y UVB no menor a 20 FPS (Factor de Protección Solar) en adultos y mayor a 50 en niños. 

Respecto a la ropa a utilizar esta debe ser suelta, cómoda, de colores claros, no sobre abrigar a los bebés, previéndose, asimismo, mantener ventilados todos los ambientes de la vivienda.

Cabe recordar que la exposición prolongada a los rayos solares puede provocar, además de quemaduras en la piel, un malestar general, somnolencia, dolor de cabeza, irritabilidad, piel seca y roja, mareos, náuseas y hasta, incluso, convulsiones. Es por eso que se aconseja no exponerse al sol en el horario de 9 a 16. 

Si se sospecha de un golpe de calor en una persona, llevarla a un lugar fresco y ventilado, colocarle paños húmedos sobre la cabeza y las muñecas, darle de tomar agua fresca – no helada - en pequeños sorbos y favorecer su descanso.

En caso que los síntomas no cedan o se agraven, es conveniente consultar rápidamente al centro de salud más cercano.