En el campo de la salud pública la Promoción de la Salud, la Prevención de las Enfermedades y en particular la Educación para la Salud resultan modalidades de intervención de singular importancia por su capacidad de aporte al desarrollo de mejores condiciones de salud y calidad de vida, especialmente de la población más vulnerable a los riesgos evitables de enfermar y morir.

Desde el Departamento de Educación para la Salud se busca conformar un equipo de trabajo entre nivel central, los hospitales y los centros de salud a los fines de colaborar en las propuestas referidas a la promoción de la salud, desde la identificación de la necesidad o problemática, hasta el abordaje de las mismas con herramientas convenientes a cada situación planteada.

La participación intersectorial en cualquier proyecto de promoción de la salud involucra, como condición necesaria a la comunidad, sea educativa, deportiva, barrial, institucional, etc. Las acciones de promoción compartidas tienen mayor impacto dado que promueven cambios en simultáneo en diferentes niveles: individual, grupal, organizacional y comunitario. Es relevante conocer no sólo las problemáticas de salud, sino también las necesidades que plantean las diversas comunidades con las que el equipo de salud debe trabajar. Los recursos de la comunidad son elementos indispensables, junto al equipo técnico, para alcanzar cualquier objetivo propuesto.

La promoción de hábitos saludables consiste, básicamente, en proporcionar a los ciudadanos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma.