HIDATIDOSIS
1. Biología de Echinococcus granulosus
AGENTE ETIOLÓGICO
La EQ o hidatidosis es una zoonosis parasitaria producida por un endoparásito perteneciente al Phylum Platyhelminthes, Clase Cestoda, familia Taeniidae, género Echinococcus, especie granulosus. Requiere de dos hospederos mamíferos para completar su ciclo de vida. Un hospedero definitivo, (carnívoro, especialmente el perro) donde se desarrolla la faz adulta o estrobilar y un hospedero intermediario en donde se desarrolla la faz larvaria o metacestode (Thompson y Mcmanus, 2001). Existen diversidad de cepas de Echinococcus granulosus, algunas de las cuales se encuentran presente en Argentina: cepa ovina G1, cepa ovina tasmania G2, cepa vaca G5, cepa camello G6 y cepa porcina G7. (Eckert y Thompson, 1997; Rosenzvit et al., 1999; Kamenetzky et al., 2002; Cardona y Carmena, 2013; Carmena y Cardona, 2013).
FORMA ADULTA O ESTROBILAR
La forma adulta de Echinococcus granulosus corresponde a una tenia blanca que mide de 3 a 7 mm de longitud que se localiza en el intestino delgado del hospedador definitivo (principalmente el perro). Posee cuerpo segmentado y consiste en un número de unidades reproductivas o proglótides (generalmente 4), resultando la reproducción sexual y hermafrodita. Los proglótides maduros conteniendo un promedio de 587 huevos fértiles, son eliminados con la materia fecal del hospedador a razón de 0.071 proglótides por tenia por día. (Gemmel y Lawson, 1995; Thompson y Mcmanus, 2001). El tiempo de vida del parásito se encuentra comprendido entre 10 meses y 4 años. (Thompson y Mcmanus, 2001).
HUEVOS DE ECHINOCOCCUS GRANULOSUS
Los huevos son de características ovoideas, de 30 a 40 micras de diámetro, conteniendo un embrión hexacanto (oncósfera o primer estado larval) envuelto en varias membranas y una gruesa pared keratinizada y de alta resistencia (embriósforo) (Thompson y Mcmanus, 2001). Depositados en el ambiente, los huevos pueden llegar a desplazarse hasta 180 metros del lugar de defecación y pueden ser dispersados en áreas de hasta 30.000 ha por dípteros y escarabajos coprófagos que actúan como transportadores, contaminando grandes extensiones de campo, el agua de arroyos y pozos de bebida, verduras, etc., pudiendo también permanecer adheridos a los pelos y ano del perro. (Gemmel y Lawson, 1995; Gemmel et al., 2001) Los huevos de Echinococcus granulosus son muy resistentes a las condiciones climáticas, pero, el clima cálido y seco, la heliofania prolongada y la radiación ultravioleta solar directa son los principales factores que inciden sobre su vitalidad (Guarnera, 2009). Pueden permanecer viables un año en un amplio rango de temperatura (4 a 15 grados centígrados). Son sensibles a la desecación pudiendo morir en 4 días a una humedad ambiente de 0% o en 5 días a una temperatura de 60º (Gemmel y Lawson, 1983, 1995; Gemmel et al., 2001).
FORMA LARVAL O METACESTODE
Cuando huevos de Echinococcus granulosus son ingeridos por hospederos susceptibles (especialmente el ovino) llegan al estómago en donde sufren la disgregación del embriósfero y la activación de la oncósfera. Esta exhibe intrincados movimientos rítmicos del cuerpo y los ganchos y penetran a través de las microvellosidades intestinales pasando a los sistemas linfáticos y venosos para ir a instalarse definitivamente en alguna víscera, preferentemente hígado o pulmón. (Thompson y Mcmanus, 2001) La reorganización de la oncósfera y la formación de la membrana germinal y laminar ocurren rápidamente (en los primeros 14 días). El período prepatente es largo pudiendo tardar, según distintos autores, entre 2 y 6.5 años en producir protoescólices (Thompson y Mcmanus, 2001). La presencia de protoescólices transforma al quiste hidatídico en fértil. La presencia de protoescólices vivos, además, clasifica al quiste hidatídico como viable (Cavagión, Alvarez y Larrieu, 2002; Yildiz y Gurcan, 2003).
CICLO BIOLÓGICO
Los carnívoros se infectan por la ingestión de protoescólices viables ubicados en las vísceras infectadas por la forma larval. Ovinos (Ovis aries) parasitados pueden ser faenados por el hombre con fines de alimentación o pueden morir en el campo por otras causas. Si sus vísceras son ingeridas por un perro o por otro carnívoro, los cientos de embriones hexacantos contenidos en un quiste hidatídico serán liberados en el intestino 9 del animal dando lugar a la formación de nuevas tenias (Gemmel y Lawson, 1995), ver Figura 1, apéndice A: figuras. El período prepatente es corto, aproximadamente 7 semanas, momento en que comienza la liberación con la materia fecal del perro (Canis lupus familiaris) del primer proglótide maduro con su carga de huevos infectantes. (Gemmel y Lawson, 1995). Los ungulados (ovinos, bovinos, porcinos, caprinos, guanacos, etc.) adquieren la infección por la ingestión de huevos del parásito liberados al ambiente (Thompson y Mcmanus, 2001). El potencial biótico de Echinococcus granulosus (número potencial de quistes viables que pueden ser producidos por perro infectado por día) es bajo comparado con otros cestodes, por lo que la presión de infección en el ovino puede no ser suficiente para producir inmunidad adquirida por ingestión continua de huevos, especialmente en las dos semanas siguientes a la infestación. En áreas de alta prevalencia la presencia masiva de huevos podría generar inmunidad adquirida en los ovinos, la cual puede permanecer largo tiempo e impedir una nueva infestación o puede perderse cuando las áreas de pastoreo permanecen libres de huevos durante 6 a 12 meses, provocando un aumento de la prevalencia de la infestación con la edad. (Gemmel y Lawson, 1995; Cabrera et al., 1995) Si bien el ciclo principal de Echinococcus granulosus comprende animales domésticos, pueden producirse ciclos selváticos entre el zorro (Dusicyon culpaeus, Dusicyon griseus, Vulpes vulpes) y la liebre (Lepus europaeus), (Schantz, Colli, Cruz-Reyes y Prezioso, 1976; Gemmel et al., 2001). Las distintas cepas de Echinococcus granulosus pueden poseer períodos de prepatencia de diferente magnitud y diferente infectividad para el hombre. (Eckert y Thompson, 1997; Rosenzvit et al., 1999; Cardona y Carmena, 2013; Carmena y Cardona, 2013)
EQUINOCOCCOSIS QUÍSTICA EN EL HOMBRE
El hombre es hospedero del metacestode y se infecta al ingerir huevos fértiles adheridos al ano o pelos de perros parasitados o por la ingestión de verduras o aguas contaminadas con materia fecal canina. Los huevos eclosionan liberando el embrión hexacanto en el intestino delgado, pasan a la circulación venosa hasta alojarse en el hígado (principal localización), pulmón (segunda localización de importancia) u otra víscera o tejido, donde se formará la hidátide o quiste hidatídico (generalmente solo uno), (Ammann y Eckert, 1995).
2. Epidemiología
FACTORES DE RIESGO
La EQ afecta principalmente a los habitantes de zonas rurales. Los principales factores de riesgo son la cría de lanares asociada a la tenencia de gran número de perros y al hábito de faenar ovinos adultos para consumo propio y alimentación del perro.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
La EQ es una de las enfermedades zoonóticas que produce mayores pérdidas económicas en función del valor de las vísceras decomisadas, pérdidas en la producción de lana, leche y carne y para los sistemas de salud en razón de los costos de internación y tratamiento de las personas (Larrieu et al., 2000, Torgerson, 2003; Budke et al., 2006).
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA Y OCURRENCIA
América del Sur se encuentra entre las regiones del mundo más afectada por la EQ y en Argentina es una de las enfermedades zoonóticas de mayor prevalencia. La EQ es endémica en la Provincia de Río Negro, que cuenta con un programa de control que data de más de 30 años. El área endémica en donde se desarrolla el programa de control abarca 120.013Km2 incluyendo a los Departamentos de Bariloche, Pilcaniyeu, Ñorquinco, 25 de Mayo, 9 de Julio, Valcheta y El Cuy, en donde la producción ovina es la actividad ganadera más importante. La cría de ovejas y el número relacionado de perros de trabajo, agravado por la práctica de sacrificio de ovinos adultos para el consumo doméstico, permite a los perros alimentarse de las vísceras infectadas, generando las condiciones ideales para la persistencia del ciclo de la enfermedad (Larrieu y Zanini, 2012). Limitaciones geográficas, climáticas y de infraestructura afectan la posibilidad de efectuar visitas domiciliarias para la desparasitación canina en gran parte del año afectando las coberturas, cumpliéndose menos actividades que las programadas, de lo cual resulta el mantenimiento basal de la infección en perros y la ocurrencia de casos nuevos (Larrieu, comunicación personal). Desde el punto de vista fitogeográfico, la Provincia de Río Negro comprende dos regiones diferenciadas: la estepa patagónica con su sucesión de mesetas escalonadas, escasas precipitaciones (menos de 300 mm anuales) y temperaturas extremas, y la región de los bosques andinos patagónicos, en la región cordillerana, al oeste de la provincia, caracterizadas por altas precipitaciones (más de 2500 mm anuales) y bajas temperaturas invernales. Las áreas geográficas de mayor riesgo están ubicadas al oeste y al centro de la provincia (Larrieu et al., 1986, 2000) incluyendo las localidades de Bolsón y Bariloche en la región cordillerana y las de Comallo, Pilcaniyeu, Ñorquinco e Ingeniero Jacobacci y sus áreas rurales en la región de la meseta patagónica, en donde las condiciones ecológicas favorecen la sobrevida de huevos de Echinococcus granulosus y las condiciones 11 sociales, culturales y económicas generan un ambiente epidemiológico que favorece el sostenimiento del ciclo de transmisión (Larrieu et al., 2002; Craig y Larrieu, 2006; Larrieu y Zanini 2012).
EFECTOS DEL AMBIENTE Y EL CLIMA EN LA DINÁMICA DE TRANSMISIÓN.
Entre los factores que contribuyen a la dinámica de transmisión de Echinococcus granulosus en establecimientos ganaderos, figuran los factores socio - ecológicos e intrínsecos de los huéspedes, factores extrínsecos como la temperatura y humedad ambiental y los agentes que dispersan los huevos del parásito desde las heces al ambiente (Gemmell et al., 2001). La duración del efecto climático estacional en la supervivencia de los huevos, es el que entre otras cosas, determina la dinámica de transmisión y prevalencia geográfica (Gemmell et al., 2001). El cambio climático puede provocar alteración en los valores de temperatura y humedad del ambiente y suelo, que impactan en la transmisión de Echinococcus spp, a través de la supervivencia de los huevos en el medio externo (Atkinson et al., 2013). El ambiente juega un importante rol en la dinámica de las enfermedades y así se refleja al formar parte de uno de los componentes de la triada ecológica. La influencia de factores ambientales (físicos, químicos y biológicos) influye en las tasas de crecimiento de poblaciones de vectores de enfermedades infecciosas como insectos y roedores, como así también en la supervivencia de los huevos de Echinococcus spp. (Atkinson et al., 2013).
3. Control y vigilancia de la equinococcosis
CONTROL
Las actividades desarrolladas en los programas de control se basan en la desparasitación de perros con praziquantel (droga tenicida no ovicida); educación para la salud, control de la faena para garantizar el no acceso de perros a vísceras y legislación para la regulación de las poblaciones caninas y definición de responsabilidades de Gobierno y ganaderos.
VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
Los sistemas de vigilancia epidemiológica integrados a los programas de control han incluido tradicionalmente, Identificación de perros parasitados mediante dosificación con el tenífugo bromhidrato de arecolina (Schantz, 1973), vigilancia de la infección en el hombre mediante el registro de los casos humanos operados y mediante tamizajes serológicos (Coltorti y Varela-Díaz, 1978; Coltorti, 1986) y ultrasonográfico para la determinación de la tasa de infección precoz en niños (Del Carpio et al., 2000; Frider y Larrieu, 2010), identificación de ovinos parasitados mediante el análisis macroscópico en sala de faena (Larrieu et al., 2001; Cabrera et al., 2003) y determinación de la tasa de infección en el perro mediante la detección de coproantígenos (Craig y Larrieu, 2006; Guarnera et al., 2000; Perez et al., 2006; Frider y Larrieu, 2010).