La Diabetes es una enfermedad crónica que se origina cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no puede utilizarla eficazmente. La insulina, hormona que regula el azúcar en la sangre, nos aporta la energía necesaria para vivir. Si no puede llegar a las células para convertirse en energía, el azúcar se acumula en la sangre hasta alcanzar niveles perjudiciales.
La diabetes tipo 1 (DM1) se caracteriza porque tiene mayor incidencia entre los jóvenes y los niños. No se puede prevenir su aparición y no se conocen las causas que la provocan, requiere llevar un tratamiento de por vida.
La diabetes tipo 2 (DM2) se desarrolla con mayor frecuencia en personas adultas y mayores. La obesidad y una vida sedentaria son, entre otros, algunos de los factores que pueden provocarla.
Con el tiempo, mantener los niveles elevados de glucemia o permanecer sin control, puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, ceguera, impotencia e infecciones que pueden necesitar amputación.
Desde la cartera sanitaria se hace un fuerte hincapié en que una gran proporción de los casos de diabetes son prevenibles. Algunas medidas simples relacionadas con el modo de vida saludable son eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes de tipo 2. El mantenimiento del peso normal, la realización de actividad física periódica y una dieta sana pueden reducir el riesgo de contraer esta enfermedad.
Asimismo, se aconseja prestar atención ante la presencia de situaciones tales como la necesidad de orinar con mucha frecuencia, aparente pérdida de peso, cansancio, desgano, decaimiento o sed excesiva, acciones que ameritan la visita al centro de salud para un control general.
Los antecedentes familiares de diabetes, ser mayor de 40 años, tener sobrepeso, una alimentación monótona con baja cantidad de frutas y verdura, sumado a la falta de actividad física, haber tenido diabetes durante el embarazo, ser madre de un niño nacido con un peso mayor a 4,5 kg, ser fumador o tener tensión arterial alterada, son factores de riesgo por las cuales se debe considerar la consulta con el equipo de salud.
Es importante remarcar que la diabetes es una enfermedad que se puede tratar y para ello se deben seguir diferentes pautas saludables, como asegurar una alimentación variada con amplia opción de alimentos juntos a frutas y verduras; aumentar el consumo de agua segura, a la vez disminuir el consumo de productos procesados y comerciales, con alto contenido de azúcares, grasas y el uso de sal de mesa, aumentando la incorporación de hierbas aromáticas para saborizar los platos.
Por último, se aconseja realizar actividad física como una de las maneras de prevenir complicaciones futuras. Sumando al menos 30 minutos todos los días, evitando aquellas donde se tenga que auto exigir, como así también las que nos limitan a estar sentados.
Las actividades de la vida cotidiana, como caminar, desplazarse en bicicleta, labores del hogar, también ayudan a mantenernos activos. Ante estas acciones, por cada hora que se está sentado, es recomendable ponerse de pie y realizar ejercicios de estiramiento; y es importante utilizar calzado adecuado e hidratarse con agua segura durante la realización de cada ejercicio.